El embalaje: discreto por fuera, ¡miau por dentro!
Nos encantaría llenar cada caja de purpurina y besos, pero la discreción es lo primero. Por eso, recibirás una caja marrón sencilla, con la etiqueta de la empresa de transporte y sin pistas sobre su contenido. ¿Lo bueno? ¡Está dentro, y tú lo sabes!